viernes, 25 de julio de 2008

Castigo físico


Un tal Dr. Eduardo Hernández, desde su página web, afirma que desde un punto de vista pediátrico, el castigo físico está contraindicado en la modificación de la conducta infantil ya que -según él- es una falta de respeto hacia el niño y, además, sirve de bien poco. Y no habla del maltrato, sino del castigo físico. Por otro lado, maestros y educadores están hartos de quejarse de la total ausencia de disciplina que encuentran en los adolescentes -y no tan adolescentes- que pueblan las escuelas del país. Y yo me pregunto, ¿nadie ha pensado que pueda haber una relación entre este hecho y la desaparición del castigo físico?
Ya lo sé, ya lo sé, vais a llamarme nazi o cuarentón trasnochado, pero es que hay veces en que las cosas, por mucho que nos cueste aceptarlo, son como son. Yo me acuerdo que, cuando era pequeño, los profesores me estiraban de las patillas, de las orejas, me daban coscorrones en la cabeza y me habían dado alguna que otra bofetada. Y no me eduqué en ningún tipo de correccional, no. Yo era un poquito inquieto -bonito eufemismo- y no es que fuese un santo, pero sabía que la autoridad estaba ahí, acechando, y que si me pillaba me haría pagar por mis desmanes. Ah, y que no se enterasen mis padres, que entonces tenía bronca asegurada. Y no me ha pasado nada -tan cierto como que los Van Halen se han juntado de nuevo solo por el dinero-, aquí estoy tan normal, sin trauma alguno, ¿o no es así?

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