sábado, 8 de agosto de 2020

København, Dag 5


Este día comenzó con un paseo matutino por los barrios de Vesterbro y Frederiksberg, donde encontré una tienda en la que adquirir mis habituales souvenirs cuando voy por el mundo, que no son otra cosa que discos de vinilo. Hay quien compra ropa o imanes para la nevera y yo tengo esta manía, qué le vamos a hacer. La tienda en cuestión es Sound Station (Gammel Kongevej 94) y debo deciros que es bastante cara. Además de novedades, tiene estanterías y más estanterías repletas de miles de vinilos de segunda mano de todos los estilos. Ante tal cantidad de oferta, es complicado centrarse. Entre eso y el calor que hacía en su interior –además de la presión ejercida por la familia, esperando que saliese– no dediqué todo el tiempo que hubiese deseado para escoger, pero al final me llevé dos discos de lo más normalito aunque a un precio desorbitado, como todo en Copenhague. En fin, uno que es así de rarito. 


Y de ahí, pasando junto al Sankt Jørgens Sø, otro de los lagos interiores de la ciudad, nos fuimos a los Jardines del Tivoli, parque de atracciones de la ciudad y uno de los más antiguos del mundo, con origen a mediados del siglo XIX. A mi estos sitios me atraen más bien poco, pero mi mujer no quería irse de la capital sin haber visitado el lugar por lo que aprovechamos que la previsión climatológica era buena y decidimos pasar buena parte del día allí.

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