domingo, 16 de agosto de 2020

Fright (1971)


Tras un –creo quemerecido parón vacacional, regreso a mis reseñas cinematográficas con Fright, un thriller británico dirigido por Peter Collinson –el de The italian job con Michael Caine y la mítica huida en Mini Cooper por Turín– y protagonizado por una joven Susan George que el mismo año estrenaría Perros de paja a las órdenes de Sam Peckimpah, la imponente Honor Blackman –fallecida recientemente–, Ian Bannen, Dennis Waterman y George Cole entre otros. La película trata de una historia de acoso en casa más seria aunque con menos éxito de la que años más tarde tendría Chris Columbus con Macaulay Culkin y que nos explica cómo la pareja formada por Helen Lloyd y su marido Jim han decidido ir a cenar a un restaurante, razón por la que contratan como canguro de su pequeño hijo Tara a una universitaria llamada Amanda. Con el matrimonio fuera, se presenta en la casa su novio Chris, quien le cuenta que el hombre que ella ha visto no es en realidad el marido de Helen y que el verdadero señor Lloyd está ingresado en una instritución psiquiátrica después de haber intentado asesinar a su esposa. Tras pasar un rato intimando, Amanda y Chris son interrumpidos por Helen Lloyd, que telefonea para saber si todo sigue tranquilo. Mientras tanto, Chris no deja de hacer ruidos por lo que Amanda le echa enfadada y después de subir a la habitación de Tara para comprobar que está dormido, se dispone a ver una película de terror en televisión. Pero unos ruidos la asustan y acaba abriendo la puerta de la casa a un Chris ensangrentado que se desploma sobre el suelo del recibidor. 


Entonces aparece un vecino diciendo que ha escuchado gritos y preguntando si ella se encuentra bien. Lo que ocurre es que entonces nos enteramos que lo que Chris le había contado a Amanda sobre el marido de la señora Lloyd es cierto y este se ha escapado del centro. En fin, ahí lo dejo. La verdad es que Fright tiene un inicio prometedor, pero la tensión decae cuando Jim y Helen se marchan y Amanda se queda sola en la casa. Por otra parte, las claves del argumento se presentan sin ningún pudor a la primera de cambio –lo mismo que he hecho yo con vosotros al explicaros media película– por lo que no existe sorpresa ni giros de guión sorprendentes. Tampoco importa demasiado porque el peso de la película arranca en ese punto, con el secuestro y el duelo psicológico entre Amanda, Brian Lloyd –estupendo Ian Bannen– y la policía, que acaba presentándose junto con Jim y Helen. La puesta en escena y los juegos de cámara con sombras e imágenes reflejadas en espejos –con profusión de primeros planos– son bastante buenos y aunque Susan George está algo sobreactuada en algunos momentos, en general resulta convincente y puede decirse que la película es bastante aceptable. En resumen, que sin ser un título imprescindible, es una buena elección para una tarde veraniega.

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