domingo, 31 de agosto de 2014

Jessicka Rabid


Y ya que estamos metidos en harina, nada mejor para finalizar el mes que otra delicatessen freak, ni más ni menos que Jessicka Rabid, una cinta de horror gore independiente avalada por la Troma que toma su nombre –en un juego de palabras un pelín cutre- del personaje de animación de la cinta de Robert Zemeckis ¿Quién engañó a Roger Rabbit? Pues bien, en esta película dirigida, producida y coescrita por Matthew Reel se nos cuenta la historia de la pobre Jessicka, muda y mentalmente atrasada, a la que sus primos Marley y Brad tienen retenida en casa como si de una mascota se tratase, alimentándola con comida para perros, encerrándola en una jaula de pequeñas dimensiones cuando les importuna y utilizándola de juguete sexual, lo que incluso lleva a uno de ellos a prestarla a un amigo realizador de películas porno. La llegada de Abby a casa no arregla las cosas, pero supone un soplo de esperanza para Jessicka, que ve en su prima una aliada o –como mínimo- un ser humano que parece sentir por ella algo de amor. Sin embargo, la realidad no tardará en mostrar su verdadera cara a Jessicka. Lo que nadie sabe es que esta ha sido mordida por un perro rabioso y la enfermedad le dará a la pobre chica la fortaleza para buscar la libertad, aunque sea a costa de la sangre de sus parientes. 


Piltrafillas, la verdad es que estamos ante una obra difícil de catalogar. Su calidad de imagen –en realidad, la falta de ella- no se sabe si es resultado de la falta de recursos o ha sido buscada para dar como resultado algo más cercano al documental que a un largometraje guionizado. Por otra parte, la estupidez de los protagonistas masculinos tampoco sé deciros si muestra una falta de oficio interpretativo alarmante o una innata naturalidad que hace creíbles esos personajes deleznables. Sin embargo, todo cuanto os he dicho de esta Jessicka Rabid –además de unos patéticos efectos de maquillaje- me hacen decantar por la primera impresión, y más viniendo de la mano de un tipo cuyos anteriores trabajos han sido cortometrajes titulados Todas las francesas son putas, American asshole o El Chupacabras. Humillación, violaciones incestuosas, sexo oral, sexo lésbico y necrofilia en una escena con vagas reminiscencias a Seven de David Fincher... en fin amiguitos, una nueva excusa para meteros más gintonics –o algo más fuerte- entre pecho y espalda para sobrellevar esta doble sesión cutre-gore que os he preparado. 


Adjunto fotografía de Elske McCain, todo un mito del cine Troma tras haber aparecido en numerosas producciones de dicha distribuidora, lo que la convirtió oficialmente en una Tromette, -algo así como una conejita de Playboy, pero del imperio de Troy Kaufman en lugar del de Hugh Hefner- y que en esta cinta, además de actuar, fue la responsable de la historia.

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