jueves, 18 de abril de 2013

Cuenca: Ciudad Encantada


Amiguitos, la verdad es que no sé si llamar Bonus o Malus a esta serie extra de fotografías tomadas en el transcurso –el final en realidad- de mi visita a Cuenca la pasada Semana Santa, que he titulado de manera obvia como Ciudad Encantada. Porque, a ver, está muy bien haber convertido en reclamo turístico un montón de piedras, pero no hay para tanto. Formaciones rocosas a las que las precipitaciones, el viento y el paso del tiempo han dotado de caprichosas formas las hay en muchos sitios. En Catalunya tenemos el impresionante macizo de Montserrat –ahí es nada- y por todo el país existen lugares en los que se dan paisajes de características similares. 
Así pues, yo no sé si es porque a esas alturas del fin de semana, tras patearme Cuenca –que no es precisamente una ciudad llana-, con los pies destrozados y el ánimo roto, no estaba para muchas excursiones, pero cuando a mi cuñada se le ocurrió que sería buena idea aprovechar la última tarde y hacernos conducir a más de treinta kilómetros para caminar una hora y pico por el campo, sobre rocas erosionadas, fango y grava para asistir al bautizo por parte de unos adoradores del cannabis de una colección de rocas a las que alguien tuvo a bien en su día llamar Ciudad Encantada... bueno, se me aparecieron todos los demonios. Encantados debían estar los lugareños, o mejor dicho fumados, para ser capaces de ver en semejantes piedrolos naturales a cocodrilos, perros, barcos, elefantes luchando, osos o focas... ah, y lo que no tiene nombre es llamar a una extensión de piedra caliza Mar de piedra. Es como si a un trigal en primavera le hubiesen puesto de nombre Mar de hierbas. El summum de la originalidad, vaya. 
Claro que lo más seguro es que el dolor de pies me hiciese estar negativo y no disfrutase como corresponde de tan bucólico paraje.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

jajajaja...pues a mi me gustó cuando estuve, es un paraje con cierto encanto..pero claro, le entiendo si ya era la última tarde, con los pies doliendo y tal, no me extraña que mirara a su cuñada en plan ¿Porqué no te callas?

King Piltrafilla dijo...

Pues eso.