sábado, 9 de enero de 2010

La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina







Inicio mis críticas de fin de semana con La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina. Con Lisbeth fuera del país disfrutando del dinero conseguido al final de la primera entrega de la serie y Mikael ya repuesto y afianzado en su labor como respetado periodista de investigacion, vemos como un joven freelance entra en la redacción de Millennium con un artículo bajo el brazo, algo sobre una lista con importantes funcionarios del país involucrados en la trata de mujeres provenientes de paises del este para convertirlas en prostitutas. Pero poco antes de publicar el número de la revista con el preámbulo del reportaje, alguien asesina al joven periodista y a su novia. A partir de ahí se cruzará la investigación de Mikael con el regreso de Lisbeth a Suecia y su peligrosa implicación en la trama.




Al igual que en la primera cinta basada en las novelas de Stieg Larsson, me ceñiré sólo al ámbito cinematografico ya que confieso que no he leído las obras del escritor. Sin embargo, si he de hacer caso a mi esposa –según ella, la segunda novela está mucho mejor escrita y tiene mucha más intriga que la primera- mi veredicto es que la adaptación al cine es un verdadero asco. De inicio lento –mucho, la sensación es de que pasan los minutos y no ocurre nada-, si la primera era un cinta destacable y de estética cinematográfica muy atractiva, esta Millennium 2 parece un episodio de alguna serie de televisión de segundo nivel. A partir de la media hora de película parece que se anima un poco, pero es sólo un espejismo. Total, que es distraida a ratos pero sin ápice de suspense o tensión, en mi opinión bastante inferior a la adaptación de la primera novela. Veamos en el futuro que da de sí la tercera parte.

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