domingo, 24 de enero de 2010

Yatterman






Estos días también he visto Yatterman, una película de Takashi Miike basada en una serie japonesa de dibujos animados de los años 70. Por un lado tenemos a los Yatterman #1 i #2, un chico y una chica que actúan como superhéroes -ayudados por Omotchama, un pequeño y parlanchín robot volador, y Yatterwan, un enorme perro mecánico que más tarde se convertirá en Yatterking tras ser destruído y recompuesto- desde su base secreta bajo la sede central de una fábrica de juguetes propiedad del padre de #1.
Y por otra parte tenemos al trío Doronbo –una banda de delincuentes que usa unos robots llamados Mecha para llevar a cabo sus fechorías- formado por un par de frikis llamados Tonzra y Boyacki disfrazados de cerdo y rata respectivamente, comandados por una joven escultural embutida en un ajustado traje de cuero llamada Doronjo. Lo que Yatterman nos cuenta –supongo que siguiendo fielmente alguna de las tramas de la serie original- es lo siguiente.

Resulta que desde la más lejana antigüedad existe una piedra con forma de calavera que fue partida en cuatro trozos que se repartieron por el mundo y cuenta la leyenda que si se reúnen de nuevo los pedazos ocurrirá un milagro. Cuando Dokurobe, el dios de los ladrones, se encuentra con el arqueólogo que ha descubierto uno de esos pedazos, se lo roba y decide hacerse con los tres restantes sirviéndose de la banda de Doronjo y sus secuaces. Pero mientras se van reuniendo las partes, la gente normal –sin saber la razón- ve como algunas cosas comienzan a desaparecer súbitamente. Eso es porque en realidad, cuando las cuatro partes de la calavera se unan se destruirá el tiempo... y con él, el mundo. Por eso los Yatterman deberán impedir a toda costa que eso ocurra.




Piltrafillas, huelga decir que Yatterman es un comic al que no nos tenemos que tomar en serio, una cinta de lo más surrealista, como si los personajes de los dibujos animados más bizarros que os podáis imaginar –supongo que la versión original, de la que no había oído hablar en mi vida, es un buen ejemplo- tomasen vida propia con actores de carne y hueso y toneladas de efectos digitales y se plantasen en el comedor de vuestra casa. Colorida, llena de acción, humor absurdo, un trío amoroso, misiles zanahoria, ¡misiles teta! –quizás un guiño a los pectorales de Afrodita A, la compañera de Mazinger Z, otro personaje mítico de animación japonesa- y hasta bailes y canciones, es decir, espectáculo puro. A mi sólo me asalta una duda y es cómo el realizador de films como Full Metal Yakuza, Dead or Alive, Visitor Q, Audition, Ichi the killer o Gozu -todos ellos vistos y comentados en este blog- ha sido capaz de rodar esta película. La respuesta es clara, Miike se droga, seguro. En resumen amiguitos, Yatterman es distraída, está muy bien hecha pero a alguno le parecerá mucho más difícil de tragar que una cinta gore con abusos infantiles y necrofilia. Y es que esta cinta no es que sea palomitera, es que es para disfrutarla sustituyendo las cervezas por un buen puñado de golosinas y refrescos de naranja. Aún así, atreveos a verla.