



Piltrafillas míos, hoy no os hablaré de una marca especialmente conocida por triunfos deportivos ni de un modelo lujoso o de remarcable diseño. Creo que todos conocéis la marca Skoda, una firma fundada a finales del siglo XIX por Vaclav Klement para fabricar bicicletas que pasó luego a construir motocicletas y más tarde coches. Sin embargo os quiero comentar algo que quizás no sepáis muchos de vosotros –yo el primero hasta ayer- y es que el Skoda Octavia, automóvil que la marca checa adquirida por Volkswagen sacó al mercado a finales de los 90 tuvo hace ahora exactamente 50 años un predecesor. Así es piltrafillas, el Skoda 440 de 1959 fue remodelado y renombrado como Octavia en 1960. Por ello me ha dado hoy por escribir sobre este modesto coche.
No hay comentarios:
Publicar un comentario