martes, 29 de diciembre de 2009

Transformers 2: Revenge of the Fallen









Hoy he visto con mi hija Transformers 2: Revenge of the Fallen, segunda parte de Transformers, de la que ya os di cuenta en verano de 2008. La historia se reprende unos años más tarde de la primera, con Sam a punto de ir a la universidad y los Autobots –comandados por Optimus Prime- luchando codo a codo con los humanos en un grupo militar secreto denominado NEST para erradicar a los Decepticon de la faz de la Tierra. El argumento central de la cinta une los intentos de un asesor presidencial por dar carpetazo a NEST y expulsar de la Tierra a los Autobots –un nuevo y poco original ejemplo de chupatintas del gobierno tocando las narices al ejército, los verdaderos salvadores de la patria de toda cinta bélica que se precie- con la búsqueda de Sam a cargo del Fallen y sus huestes utilizando todo su poder destructivo -lo que incluye la resurrección de Megatron- para dar con el muchacho, ignorante receptáculo del futuro de los Decepticon.




Amiguitos, el realizador Michael Bay vuelve a tomar las riendas –bajo la atenta mirada del tío Spielberg- de este producto de acción palomitera que pretendía retomar la senda de la primera parte. Sin embargo piltrafillas –y haciendo un juego de palabras burdo-, esta vez los Decepticon me han decepcionado. Los espectaculares efectos especiales siguen ahí, pero adolecen de alma. La seminal Transformers fue –en mi humilde opinión- muchísimo mejor en todos los aspectos; el guión, las escenas de acción, la trama, las explosiones, las persecuciones, la labor interpretativa de los actores... todo era superior a esta Revenge of the Fallen. En esta película amiguitos apenas existe la tensión. En aquella primera parte podíamos encontrar –incluso- emotividad, pero en esta –sobre todo tras una hora y media- lo que encontramos es tedio y ganas de que el fin llegue cuanto antes, algo que no ocurrirá hasta pasadas las dos horas y una inacabable -aunque impecable técnicamente, eso sí- batalla final. Por lo menos de tanto en tanto los ojazos de Megan Fox inundan de luz la pantalla. Aún así, lo mejor de la cinta es la aparición del gran John Turturro. Total piltrafillas, que se trata de un atractivo y sabroso caramelo que de tan dulce empalaga. A mi hija, en cambio, le ha encantado porque –en sus palabras- además de la acción, había escenas que hacían mucha gracia. Quizás se trataba de eso.

1 comentario:

rlfox dijo...

No me aburrio.
En absoluto.
Los 3 pasamos un buen rato.
Sin respirar, constante accion.
Sin sentido consentido.
En fin, fue un gustazo.
La tengo grabada por si quiere repetir...
Salu2