domingo, 24 de mayo de 2009

The Cottage





Me programo la sesión de tarde dominical de hoy con The Cottage, una divertida película británica en la que se dan la mano un fino humor inglés y el gore sangriento, tomándome –ayer se me acabó el ron- una copa de brandy. En la cinta –cargada de personajes patéticos y memos- un par de torpes hermanos con mala suerte deciden secuestrar y llevar a una casa solitaria a una joven deslenguada y violenta que parece más peligrosa que ellos, para pedirle un rescate a Arnie, su padrastro y dueño de un local de striptease. Por un lado está David, el más listo de los dos, que tiene que bregar con Peter, un lerdo que además sufre fobia... a las mariposas. Pero es que el encargado de llevar el dinero a los secuestradores será un tal Andrew –otro pedazo de inútil-, el hijo de Arnie y hermanastro de la secuestrada, quien es evidente que está conchabado con los secuestradores. Con un trío así piltrafillas ¿es posible que el despropósito que han planeado pueda salir medianamente bien? Por supuesto que no, y menos cuando parece que el lío que han montado los tres amigos no es de lo que más se tienen que preocupar. Puede que los alrededores de la casa escondan una amenaza aún mayor que los asesinos asiáticos que Arnie ha contratado para eliminarles.




Amiguitos, se trata de una cinta bien construida, con diálogos inteligentes y situaciones en las que es imposible no sonreír que pretende establecer lazos de complicidad entre el espectador y la pareja de criminales protagonista, un par de inadaptados, unos perfectos imbéciles a los que parece imposible que las cosas les salgan siempre tan mal. Hay que decir que The Cottage no pasará a la historia como ejemplo de comedia inglesa –aunque ya he dicho que tiene escenas hilarantes, como la de los ancianos y ancianas en batín echando de su pueblo al forastero David en plena madrugada- ni como hito del género gore, aún teniendo una segunda parte algo extrema -no mucho, no creáis- en ese sentido, pero lo bueno es que tampoco creo que lo pretenda. En eso precisamente opino que radica su valía. En fin amiguitos, gore cómico, una buena opción –de lo mejorcito que he visto últimamente- para pasar la tarde de domingo vegetando en el sofá.

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