Y si ayer os decía que en Barcelona hace calor, en algunos países es muchísimo peor. ¿Que no?, dejadme que os lo muestre. Sí piltrafillas míos, ¡bienvenidos a Brasil!. ¿Entendéis ahora de qué os hablaba? Si en nuestros hogares nos sentimos agobiados por las altas temperaturas a no ser que tengamos aire acondicionado, no queráis ni saber el infierno que se alcanza en algunas playas.
Luego nos extrañamos de que los brasileños jueguen tan bien al fútbol. Lo cierto es que con tanto practicar es natural. Y es que en verano, al pisar la arena, no hacen otra cosa que darle a la pelota sumamente concentrados. ¿Qué otra cosa pueden hacer, tumbarse al sol ante las bañistas? Digo yo que será con unos anteojos que los cieguen por completo, o dispuestos a no salir del agua en horas. Porque, ya me diréis, ¿qué hombre con todas las de la ley es capaz de resistir todo este panorama sin que se le note, a ver? Ya os lo digo yo, un infierno. Yo, de momento, voy a prepararme una caipirinha con mucho hielo, a ver si me relajo.
Luego nos extrañamos de que los brasileños jueguen tan bien al fútbol. Lo cierto es que con tanto practicar es natural. Y es que en verano, al pisar la arena, no hacen otra cosa que darle a la pelota sumamente concentrados. ¿Qué otra cosa pueden hacer, tumbarse al sol ante las bañistas? Digo yo que será con unos anteojos que los cieguen por completo, o dispuestos a no salir del agua en horas. Porque, ya me diréis, ¿qué hombre con todas las de la ley es capaz de resistir todo este panorama sin que se le note, a ver? Ya os lo digo yo, un infierno. Yo, de momento, voy a prepararme una caipirinha con mucho hielo, a ver si me relajo.
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