Piltrafillas, hago un paréntesis en este espacio consagrado casi por completo al cine oriental y los fotógrafos para reconocer la valía del fallecido actor y director español Fernando Fernán Gómez. El otro día vi una película -La silla de Fernando- en la que David Trueba le entrevistaba y me acordé de él. Con este hombre pasa un poco como lo que le ocurrió al escritor Paco Umbral, a quien -independientemente de la importancia de su obra literaria y de los seguidores que tuviese- la mayoría le asoció siempre a su frase "He venido a hablar de mi libro". Pues bien, con Fernán Gómez -si obviamos sus películas como actor o director o sus obras de teatro- ocurre algo parecido. A muchos de nosotros no se nos olvida aquel "¡Váyase a la mierda!" espetado a un seguidor suyo que, cuando le recriminó su actitud argumentando que le admiraba, tuvo que oír del actor un sonoro "¡No necesito su admiración!". En fin, que si no sois admiradores de este tipo, lo más seguro es que lo único que recordéis de él sea su mal humor y su mala educación, pero no estaría de más que le diéseis una oportunad a La silla de Fernando. Descubriréis la humanidad de este artista, dotado de un mal genio que él mismo se esmeró en cultivar como medida de protección ante el resto de la gente.
sábado, 26 de julio de 2008
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