O mía o de nadie. Eso es lo que esa especie de despojos humanos que se creen muy hombres y se dedican a agredir -en ocasiones hasta la muerte- a sus esposas o compañeras sentimentales deben pensar. Y mirad que se publican estudios científicos o pseudocientíficos sobre las diferencias entre los cerebros de hombres y mujeres. Que si el del hombre es más inteligente pero está infrautilizado, que si el de la mujer está menos desarrollado pero aprovechado a máximo -juro que esto apareció este verano en un periódico alemán-, que si el de las mujeres está más capacitado para el pensamiento abstracto, que si eso, que si lo otro... Pero sin embargo nadie de ha preguntado por qué la mayoría de las actuaciones violentas las hacemos hombres contra mujeres. No es que quiera leer noticias del tipo "mata a su marido porque éste quería divorciarse", pero a veces me avergüenza ser hombre. Es como tener colgado un sambenito. Y es que, además, muchos de esos imbéciles, después de matar a la mujer, se suicidan. ¡Coño, mátate antes!. Ya son ganas de tocar los cojones y hacer las cosas al revés.
viernes, 25 de julio de 2008
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