Mirad amiguitos, os voy a ser sincero. Lo cierto es que me estaba aburriendo y no sé por qué se me ha ocurrido buscar una fotografía de Paulina Rubio –y eso que estaba escuchando a Slayer, que ni remotamente tiene algo que ver-, la cantante (por llamarla de alguna manera) mexicana. Hija de la actriz Susana Dosamantes –tiene tela el apellido-, la niña debutó como actriz de telenovelas con 17 añitos. En 1995, con 24, tuvo un papel estelar en la telenovela Pobre Niña Rica –que creo que la define perfectamente-, que dejaron de emitir sin concluirla a causa del bajo éxito que cosechó.
Pero la chica no se amilana. En 1991 había publicado su primer disco consiguiendo el platino y decide encarrilar su vida por la senda de la música. Desde entonces ha editado tres o cuatro albums con –todo hay que decirlo- bastante éxito. Lo que pasa es que el caso de esta chica –que me resulta de lo más chabacano, antipático y engreído que me he tirado a la cara, un claro ejemplo de niña pija mexicana que no sabe lo que son las carencias, tan acostumbrada a vivir ante los flashes de las cámaras que no concibe una existencia sin ellas, aunque de tanto en tanto se queje del acoso de la prensa- es el mismo que el de otras “cantantes” actuales. Sin estar dotadas de una buena voz –he oído actuaciones en directo de la chica y, francamente, en ocasiones yo canto en la ducha con más fuerza-, basan su supuesta carrera en el mundo de la canción en un físico sensual que cultivan y explotan. Es decir, que si Paulina Rubio no tuviese esas largas piernas –que las tiene- o esa melena rubia ensortijada, ¿tendría el mismo éxito? Para mi la respuesta es clara.
Pero la chica no se amilana. En 1991 había publicado su primer disco consiguiendo el platino y decide encarrilar su vida por la senda de la música. Desde entonces ha editado tres o cuatro albums con –todo hay que decirlo- bastante éxito. Lo que pasa es que el caso de esta chica –que me resulta de lo más chabacano, antipático y engreído que me he tirado a la cara, un claro ejemplo de niña pija mexicana que no sabe lo que son las carencias, tan acostumbrada a vivir ante los flashes de las cámaras que no concibe una existencia sin ellas, aunque de tanto en tanto se queje del acoso de la prensa- es el mismo que el de otras “cantantes” actuales. Sin estar dotadas de una buena voz –he oído actuaciones en directo de la chica y, francamente, en ocasiones yo canto en la ducha con más fuerza-, basan su supuesta carrera en el mundo de la canción en un físico sensual que cultivan y explotan. Es decir, que si Paulina Rubio no tuviese esas largas piernas –que las tiene- o esa melena rubia ensortijada, ¿tendría el mismo éxito? Para mi la respuesta es clara.
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