domingo, 20 de julio de 2008

Josef Fritzl, un hijo de la Gran Puta


Este hijo de puta es Josef Fritzl. Supongo que a estas alturas del día todos estaréis enterados de lo que le hizo este animal a su hija. No lo voy a repetir aquí, ya nos lo han contado hasta la saciedad en los periódicos y en todos los noticiarios de los diversos canales de televisión. Sólo quiero deciros que opino que ningún castigo será demasiado para este monstruo. Si por mi fuese, me dedicaría a someterle a la peor de las torturas en la plaza más céntrica de su pueblo, Amstetten -a escasos 30 kilómetros de Viena- hasta ver como su cuerpo llegaba al límite de la resistencia. Entonces le ingresaría en un centro hospitalario hasta que se restableciese. Y vuelta a empezar. Semana tras semana, mes tras mes, año tras año... hasta que el sufrimiento más extremo alienase su mente. Luego le dejaría al sol, para que se le secase el cerebro mientras las alimañas daban cuenta de su cuerpo. Porque, piltrafillas, todo crimen, todo abuso, es execrable, pero el peor es el que un padre comete contra sus hijos. Ahora nos enteramos de que los hijos mayores de este bastardo se niegan a declarar contra él. El miedo es mal compañero de viaje por la vida. El maltratador no se limitó a destrozar a su hija, no, lo ha hecho con toda la familia.

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