Es el turno de una tal Samantha Wolov, otra de las artistas que se mueven en un mundo –el de la fotografía erótica- tan dominado por los hombres. Por eso, como ya os he comentado otras veces, cuando encontramos casos como este en el que la mujer no es sólo el objeto o la protagonista sino la creadora, es de agradecer y remarcar. Hay quien piensa amiguitos –quizás con toda la razón- que la marca genética que provoca que la sexualidad del hombre sea tan visual hace que sean más los fotógrafos de este género los que se dediquen a captar imágenes eróticas.
Sin embargo, estudios recientes indican que también hay muchas mujeres que disfrutan con la observación de erotismo gráfico. Lo que pasa es que existen diferencias entre las características sexuales que llaman la atención a las mujeres y las que atraen a los hombres en las fotografías de este tipo. Samantha –que aunque lleve ya varias exposiciones en prestigiosas galerías de Nueva York o Washington DC, es extraordinariamente joven- se dedica a explorar ambos mundos, el de las imágenes para hombres y el de las obras para mujeres. Para ilustrar mi recomendación he escogido una fotografía de su curiosa serie dedicada a las muñecas. El resultado, a mi modo de ver, es tan humorístico como perturbador. En estas obras, Samantha coloca en posturas sexualmente explícitas a muñecas y muñecos –creo que ellas son Bratz y ellos los Ken de la Barbie- que fotografía en medio de escenas de sexo anal, oral o cualquiera de las diferentes maneras de unirse carnalmente que conocemos todos. Amiguitos, la chica –me olvidaba, tiene solo 21 añitos- ya ha sido reconocida como un valor emergente a tener en cuenta de cara al futuro. Y vosotros, ¿qué creéis? Al parecer, originalidad le sobra.
Sin embargo, estudios recientes indican que también hay muchas mujeres que disfrutan con la observación de erotismo gráfico. Lo que pasa es que existen diferencias entre las características sexuales que llaman la atención a las mujeres y las que atraen a los hombres en las fotografías de este tipo. Samantha –que aunque lleve ya varias exposiciones en prestigiosas galerías de Nueva York o Washington DC, es extraordinariamente joven- se dedica a explorar ambos mundos, el de las imágenes para hombres y el de las obras para mujeres. Para ilustrar mi recomendación he escogido una fotografía de su curiosa serie dedicada a las muñecas. El resultado, a mi modo de ver, es tan humorístico como perturbador. En estas obras, Samantha coloca en posturas sexualmente explícitas a muñecas y muñecos –creo que ellas son Bratz y ellos los Ken de la Barbie- que fotografía en medio de escenas de sexo anal, oral o cualquiera de las diferentes maneras de unirse carnalmente que conocemos todos. Amiguitos, la chica –me olvidaba, tiene solo 21 añitos- ya ha sido reconocida como un valor emergente a tener en cuenta de cara al futuro. Y vosotros, ¿qué creéis? Al parecer, originalidad le sobra.
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