En un principio, me iba a abstener sobre este personaje. Pero piltrafillas, me debo a mis lectores... y sé que estáis esperando mi opinión. Así que, aunque me llamaréis tendencioso –que no es así- os diré que como ya sabéis, finalmente –después de años mareando la perdiz- se separaron la Infanta Elena de Borbón y su marido. Jaime de..., perdón, el Excelentísimo Señor Don Jaime de Marichalar y Sáenz de Tejada, cuarto de los seis hijos del Conde de Ripalda y Concepción Sáenz de Tejada y Fernández de Bobadilla, a quien Diós guarde muchos años –hay que ser respetuoso con esta gente-, es ahora simplemente el padre de los hijos de la Infanta Elena, Duquesa de Lugo. Este señor, miembro de la nobleza vasca y educado en los Jesuitas, hacía ya tiempo que no era un marido normal. Recuerdo yo ver unas fotos del pobre celebrando su cumpleaños sólo, comprando ropa en compañía de su guardaespaldas. Total, que lo que todo el mundo sabía o comentaba, al final cayó por su propio peso. La Elena y el Marichalar están separados. Los españoles, sin embargo, le seguiremos pagando indirectamente como Duque de Lugo consorte y padre de Felipe Juan y Victoria Federica. ¿Qué queréis que os diga?, que tengamos que pagar el sueldo del Monarca, pues bueno, estaré más o menos de acuerdo, pero es lo que hay. De ahí a que de mi dinero se desvíen ciertas cantidades para las partidas destinadas a la enorme familia del Rey y la Reina, eso ya no me gusta tanto. Ah, y ya que dicen que la familia Borbón es tan campechana y cercana al pueblo, que cuenten la verdadera razón por la que Don Jaime sufrió el ictus..., y hasta aquí puedo leer, que yo no tengo 3.000 euros como los dibujantes de El Jueves. Mientras tanto -pobre- la Casa Real anda suprimiéndole de las fotos oficiales, como si de un apestado se tratase.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario