Esta vez las primeras imágenes nos muestran una selva tupida mientras la banda sonora nos obsequia con una sucesión de gritos y jadeos de mujer que finalizan con la melodía de una guitarra española. Esto promete piltrafillas. Lo siguiente que vemos es un grupo de mujeres desnudas en una ducha comunitaria vigilada por celadoras y a la pérfida y voluptuosa Ilsa, disfrutando de un baño en sus –se supone- aposentos privados. Vamos amiguitos, que sin conocer el argumento todo indica que la acción transcurrirá en una prisión femenina. Se augura sexo lésbico y torturas.
Pero, ¡atención!, una mujer escapa del recinto y –acosada- logra llegar herida hasta la casa del doctor Arkos –papel representado por el mismísimo Jesús Franco- enterándonos entonces de que Ilsa es la jefa de seguridad de la Clínica Las Palomas, una institución psiquiátrica en la que oficialmente se pretende “curar” a mujeres con tendencias sexuales desviadas. Ilsa aparece en escena y logra recuperar a la evadida de casa del doctor justo cuando éste se disponía a avisar a la Policía. Arkos no consigue salvar a la joven, pero denuncia a las autoridades las prácticas que en la clínica de Ilsa se están llevando a cabo. Éstas declaran que no pueden actuar sin más pruebas, por lo que le agradecen su interés y poco más. Pero una agente ha escuchado atentamente sus palabras y le pide que la ayude a entrar como “enferma” en la clínica con el objetivo real de encontrar a su hermana.
A partir de ahí no hay mucho más que explicar. Escenas lésbicas, peleas, violaciones, torturas, cuerpos desnudos de internas en los dormitorios, en las duchas, relación sado-maso entre Ilsa y su amante... y una escena en la que la mencionada joven obliga a la recién llegada a limpiarle el culo después de defecar y lamérselo.
Pero amiguitos, sabéis que ninguna cinta de Ilsa finaliza sin que ésta reciba su merecido por lo que la película acaba con las internas comiéndose –y no precisamente a besos- a la malvada guardiana de la institución.
Y bien, ya está. Lo cierto es que no sé si esta última me ha gustado más o menos que las otras. Entre los críticos frikies hay quien reniega de ella por razones tan peregrinas como que Dyanne Thorne aparece aquí pelirroja en lugar de rubia, como hasta ahora. A mi me parece que es una cinta merecedora de constar como bonus tape en la trilogía. Venga amiguitos, animaos y dadle una oportunidad a esta sádica mujer.
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