La reseña de esta semana es para la mítica Razas de noche, dirigida y escrita por Clive Barker –de hecho, se basa en su propia novela Cabal– que, sin alcanzar las cotas de Hellraiser, su obra más celebrada y basada también en una novela de su autoría, con los años ha alanzado el estatus de culto. La película está protagonizada por Craig Sheffer –a estas alturas podemos decir que su mullet no ha soportado demasiado bien el paso del tiempo–, Anne Bobby, el también realizador David Cronenberg, artífice de títulos icónicos como Scanners, la rarísima Videodrome –reseñada aquí–, Crash o Inseparables con uno de los finales más cargados de emoción que he visto en cine fantástico y retorcido, Charles Haid o Bernard Henry entre otros. La historia que nos cuenta es la de Aaron, un joven que sufre de extrañas pesadillas en las que visita Midian, una ciudad habitada por monstruos.
Su novia, Lori, le convence de que visite a un psicoanalista, pero este oculta un terrible secreto y se vale de la debilidad de su paciente para que pague por unos sangrientos crímenes que han tenido lugar recientemente. Aaron acabará liderando los monstruos de Midian –en realidad seres íntegros y buenos que se esconden de la verdaderamente maléfica humanidad– para salvar a Lori y castigar al Dr. Decker. En fin, otra historia de Barker en la que las criaturas deformes al otro lado de la realidad son las que tienen el alma más pura y acaban provocando la empatía del espectador pese a su aparente fealdad. Razas de noche tiene escenas de extrema violencia, es perturbadora, con unos efectos de maquillaje grotescos, muy sangrienta y para ser honestos, cuando se estrenó no tuvo precisamente un éxito mayoritario. Sin embargo, como os he dicho antes, con los años se ha convertido en objeto de culto y aunque no sea Ciudadano Kane, hay que verla al menos una vez en la vida siempre y cuando sea uno seguidor de este género o similares. Y poco más hay que decir.
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