Comienzo la semana con el controvertido Terry Richardson, innegable figura del mundo de la fotografía de moda y retrato de celebridades con –merecida– fama de escandaloso y un inconfundible estilo que en ocasiones raya la pornografía, si no la aborda directamente. Envuelto en numerosas acusaciones como depredador sexual –seguramente fundadas, mirad lo que os digo–, Richardson tiene encantadas a estrellas como Madonna, Lady Gaga o Miley Cyrus y pese a los rumores y las denuncias en los medios, no ha sido condenado por tribunal alguno. Sea como sea, es la viva imagen de la parte cuanto menos oscura de un negocio en el que la belleza se une a la sordidez, algo que –de ser cierto lo que se cuenta de él– como persona le convierte en indeseable pero no le resta talento, más o menos como el caso del tenor Plácido Domingo, destapado recientemente en la prensa.
lunes, 19 de agosto de 2019
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