domingo, 1 de septiembre de 2013

Only God forgives


Y ahora os hablaré de Only God forgives, película escrita y dirigida por Nicolas Winding Refn –el de Drive, también comentada aquí- y protagonizada por Ryan Gosling, Kristin Scott Thomas –que destaca como enorme hija de puta- y la preciosa actriz y cantante tailandesa Yayaying Rhatha Phongam. El argumento nos cuenta como, en la ciudad de Bangkok, un psicópata llamado Billy es asesinado después de violar y matar salvajemente a una prostituta. Su hermano Julian dirige un club de boxeo como tapadera para el verdadero negocio de tráfico de drogas de la familia y tendrá que enfrentarse a la policía y a Chang, un extraño inspector retirado al que sus hombres aún reverencian, cuando su madre –la jefa del clan familiar, una mujer fría y sin escrúpulos- se presente en Bangkok exigiendo venganza. Only God forgives es –en mi opinión- una película visualmente muy atractiva, aunque pretenciosa. Primeros planos de la cara inexpresiva de Gosling, movimientos lentos, como de pesadilla, silencios, miradas ¿qué cojones se supone que significa? 


Creo que una película con afán de ser grande debería seguir cuatro máximas: Cuenta una historia interesante, haz que los diálogos la enriquezcan, saca lo mejor de tus actores y rodéalo todo de bonitas imágenes. En esta ocasión predominan rojos oscuros, azules intensos... cada fotograma es un cuadro, estéticamente no tiene mácula, pero al realizador se le ha ido la mano sacrificando la historia en aras del envoltorio. Un argumento que podría perfectamente haber sido extraido de cualquier cinta infecta de Jean-Claude Van Damme de los 80 y que prometía acción a raudales se ha quedado en un preciosista y surrealista producto con pinceladas de extrema violencia. Además, la lentitud -ese tempo oriental, a lo cine surcoreano- con la que transcurre la historia provoca que, pese a no llegar a los 90 minutos, parezca que estamos ante más de dos horas de película. Aún y así y aunque no la pueda recomendar a los que se interesan mucho más por el contenido que por el continente, creo que he visto una película de culto, una cinta incomprendida que ya es maldita al poco de estrenarse pero que en el futuro –estoy seguro- recibirá el reconocimiento que se le ha negado en la actualidad por parte del público a tenor de la pobre recaudación en salas que a duras penas ha permitido recuperar la inversión inicial. A mi, en general, me ha gustado bastante.

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