Vaya amiguitos, hoy he visto por televisión un documental dedicado a los reptiles y me he acordado de este tipo. Ya hay que tener mala suerte, piltrafillas, para pasarse la vida impresionando al personal jugando por medio mundo con serpientes venenosas o cocodrilos capaces de zamparse a una persona en un santiamén, y acabar tus días arponeado por una raya, un pez que no acostumbra a molestar a nadie y que cuando -en raras ocasiones- le clava su aguijón a alguien, como máximo lo tiene en el hospital por unos días por culpa del dolor. Pero claro, a Steve Irwin le iba el espectáculo y, ya puestos a que te aguijonee una raya, hagamos que te de justo en el corazón. Lo dicho. Mala suerte.
viernes, 25 de julio de 2008
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