Sí piltrafillas, todos sabemos que atiborrarse de hamburguesas, patatas fritas y salsas varias no es precisamente lo más sano del mundo. También hemos oído hablar de los problemas de obesidad de la sociedad norteamericana y nos hemos escandalizado -aunque luego, como siempre, no ha pasado nada- al enterarnos de la estrategia publicitaria de la compañía enfocada a captar clientes infantiles que obliguen a los padres a consumir en sus locales. Porque, bueno, uno es adulto y puede perfectamente escoger entre comerse una hamburguesa de plástico o un buen chuletón en un restaurante argentino, pongamos por caso. Pero.. ¿qué padre del mundo se puede resistir al lloro de un niño que quiere ir a McDonald's para conseguir su puto Happy Meal? Tenemos que hacer algo, y pronto amiguitos.
viernes, 25 de julio de 2008
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