Pues sí piltrafillas, tras un paréntesis, he vuelto al cine coreano. Le ha tocado el turno a The Host, una cinta dirigida por Bong Joon-ho –de quien ya os hablaré en más ocasiones- que trata sobre la aparición de un monstruo en el río Han que se lleva a Hyun-seo, la pequeña de la familia Park.
La película es rara –como la familia protagonista-, ya que no se trata de una película “de monstruos" al uso. Para que nos entendamos; cuando Hollywood filma una historia de este tipo –o cuando ruede el remake, cosa que sin duda hará porque ya ha comprado los derechos- acostumbra a cargar las tintas en el sentimiento patriótico del héroe, el peligro que el monstruo supone para la humanidad o la ciudad de turno y lo importante de la gesta que debe suponer la aniquilación de la bestia. En esta versión coreana de las películas con criatura mutada –un engendro más cercano a una merluza gigante que a Godzilla- al protagonista no le interesa para nada la humanidad, ni sus conciudadanos ni –yo diría- el monstruo en sí. Lo único que persigue el pobre lelo de Gang-du, padre de la niña desaparecida y culpable de la situación hasta cierto punto, es encontrar a su pequeña. Os diré que me ha gustado bastante, que en su país se convirtió en la película más taquillera de la historia –vendió 13 millones de entradas- y recibió infinidad de premios a nivel internacional. Como en todas las cintas coreanas que he visto, la cuidada fotografía y la utilización de música melancólica es muy efectiva para resaltar la poesía de ciertos momentos de la trama. Por otra parte, Bong Joon-ho ha trufado la historia de algunos momentos de humor negro –o así me lo ha parecido a mi-, como la escena del hombre que escupe en el charco de la parada de autobús o el episodio del informático que “ayuda” a Nam-il, tío de la pobre Hyun-seo. No os desvelaré el final, pero los que veáis la película advertiréis por fuerza una conexión con la inauguración de los juegos olímpicos de Barcelona en 1992. Recomendable 100%.
La película es rara –como la familia protagonista-, ya que no se trata de una película “de monstruos" al uso. Para que nos entendamos; cuando Hollywood filma una historia de este tipo –o cuando ruede el remake, cosa que sin duda hará porque ya ha comprado los derechos- acostumbra a cargar las tintas en el sentimiento patriótico del héroe, el peligro que el monstruo supone para la humanidad o la ciudad de turno y lo importante de la gesta que debe suponer la aniquilación de la bestia. En esta versión coreana de las películas con criatura mutada –un engendro más cercano a una merluza gigante que a Godzilla- al protagonista no le interesa para nada la humanidad, ni sus conciudadanos ni –yo diría- el monstruo en sí. Lo único que persigue el pobre lelo de Gang-du, padre de la niña desaparecida y culpable de la situación hasta cierto punto, es encontrar a su pequeña. Os diré que me ha gustado bastante, que en su país se convirtió en la película más taquillera de la historia –vendió 13 millones de entradas- y recibió infinidad de premios a nivel internacional. Como en todas las cintas coreanas que he visto, la cuidada fotografía y la utilización de música melancólica es muy efectiva para resaltar la poesía de ciertos momentos de la trama. Por otra parte, Bong Joon-ho ha trufado la historia de algunos momentos de humor negro –o así me lo ha parecido a mi-, como la escena del hombre que escupe en el charco de la parada de autobús o el episodio del informático que “ayuda” a Nam-il, tío de la pobre Hyun-seo. No os desvelaré el final, pero los que veáis la película advertiréis por fuerza una conexión con la inauguración de los juegos olímpicos de Barcelona en 1992. Recomendable 100%.
No hay comentarios:
Publicar un comentario