lunes, 21 de julio de 2008

No es país para viejos


Pues bien piltrafillas, ya he visto No es país para viejos y, definitivamente, los Coen lo han vuelto a hacer. Me ha gustado la historia, me han gustado la fotografía, la ambientación y el trabajo de los actores. No sé si a estas alturas quedabais muchos que como yo no la habíais disfrutado aún, pero -de ser así- corred a alquilarla o a compartirla en la red. Poco hay que añadir a la cinta que en la edición de este año ha conseguido Oscar a la mejor película, la mejor dirección y -lo que más ilusión nos hace- al mejor actor de reparto en la figura de Javier Bardem. Sobre el particular debo decir que no entiendo la calificación de secundario para el personaje de Bardem, ya que opino que si la película tiene un protagonista que sobresalga de la terna Brolin-Jones-Bardem ese es precisamente el psicópata de Anton Chigurh, el -a mi entender- principal personaje de la historia. Pero bueno, no nos vamos a enfadar a estas alturas. Daniel Day-Lewis puede estar muy satisfecho con esta pequeña injusticia.
Si tengo que criticar algo -dejando al margen que desconozco la novela en la que se basa el film a la que, por tanto, debe ser fiel la cinta-, os diré que el final me ha dejado parado ante la pantalla. ¿Ya está? -se pregunta uno cuando aparecen los títulos de crédito-, ¿realmente es este el final? Supongo que ese aspecto también es otro de los que contribuye a hacer de esta película algo grande.

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