lunes, 21 de julio de 2008

¿Es ARTE el Boxeo?


Piltrafillas míos, el otro día me invitaron a una velada de boxeo. No fui. ¿Por qué?, os preguntaréis. La razón es bien simple. Asistimos desde casi siempre a la eterna discusión entre los defensores del toreo y los que se autodenominan defensores de los animales. 
Los unos argumentan que marear a un toro paseándole una tela de color fucsia ante los ojos y clavarle en el lomo imponentes agujas de acero intentando sortear sus astas, además de hincarle en el espinazo una vara y -mientras el animal se desangra- ensartarle con un estoque que en el mejor de los casos le seccionará el corazón o los pulmones, todo ello amiguitos, es ARTE. En ocasiones los pitones del animal perforan la carne del torero, pero muchas otras veces éste acabará la faena antes descrita perfectamente sano y salvo y hundiendo una hoja de acero en la base del cerebelo del pobre bóvido.
Por contra, los otros dirán que el toreo no es otra cosa que una cruel tortura, un festín morboso de sangre y violencia sin justificación en los tiempos que corren. Y yo encuentro que todo eso está muy bien. Sin embargo piltrafillas, me pregunto por qué –aunque las hay- no son tan numerosas las voces que se alzan contra lo que llaman boxeo y que, al parecer, es un deporte ¡y además olímpico! 

¿Y en qué consiste este deporte?, os preguntaréis. En resumen: dos tipos se dedican a golpearse mutuamente una y otra vez sumando puntos con cada puñetazo bien dado hasta que pasa un tiempo establecido de antemano o, mejor aún, uno de los energúmenos cae al suelo inconsciente.
Eso, amiguitos, no es tortura no. Eso no es un penoso espectáculo morboso que exacerba la violencia. Yo, mis queridos piltrafillas, lo siento mucho por el toro, God knows it’s true, pero puestos a escoger la desaparición de una de las dos disciplinas prefiero que torturen a un animal que a un ser humano. Llamadme cretino si queréis. 

Y os he explicado todo esto porque, para ser sincero –y a vosotros no os puedo engañar amiguitos-, si la velada hubiese contado con esta señorita en el cuadrilátero en lugar de dos púgiles de Viladecans, quizás –y mirad que digo quizás- hubiese enviado a la porra mis principios rápidamente. Y es que no tengo remedio. Porque me fastidia la violencia sin sentido y el maltrato al ser humano, pero ya se sabe que tiran más dos tetas que dos carretas. Pues eso.

4 comentarios:

Ramón Rodríguez Ramos dijo...

Yo me aficioné al boxeo cuando en 1963 vi boxear a José Legrá en el Frontón Fiesta Alegre .

Tonim dijo...

JOSĖ LEGRÁ ERA EL MUHAMMAD ALI DE LOS PESOS PLUMAS .

Jordi Carbó dijo...

Los enemigos del boxeo y de los toros son la misma mierda.

JSG dijo...

Mis grandes pasiones son el ir de putas,el boxeo y los toros.