Piltrafillas, antes, mientras os hablaba de la última película que Sylvester Stallone ha rodado con el boxeador Rocky Balboa como protagonista, me he acordado de ella. Tanto en la cuarta cinta de la serie como en Cobra, que rodó al año siguiente, aparecía una danesa –con la que el actor se casó- llamada Brigitte Nielsen, tal alta y escultural como mala actriz y emocionalmente disoluta.
La mujer –que en su momento tenía un cuerpo de infarto, algo que no supo mantener con el paso de los años- debutó en el cine protagonizando Red Sonja junto a Arnold Schwarzenegger. Después de eso, además de las mencionadas películas junto a su marido Stallone –del que se divorció antes de que transcurriesen dos años- llegó a protagonizar la relativamente exitosa Superdetective en Hollywood 2 al lado del entonces imprescindible Eddie Murphy.
Pero con la llegada de la década de los 90, y gracias a sus inexistentes dotes para la actuación, la carrera de Brigitte en el séptimo arte se vio relegada a papeles sin gran repercusión en películas que casi nadie recuerda hoy en día. En la actualidad las jóvenes generaciones la conocen más por su aparición en diversos reality show de televisión que por su paso –hace ya tanto- por la gran pantalla.
La mujer –que en su momento tenía un cuerpo de infarto, algo que no supo mantener con el paso de los años- debutó en el cine protagonizando Red Sonja junto a Arnold Schwarzenegger. Después de eso, además de las mencionadas películas junto a su marido Stallone –del que se divorció antes de que transcurriesen dos años- llegó a protagonizar la relativamente exitosa Superdetective en Hollywood 2 al lado del entonces imprescindible Eddie Murphy.
Pero con la llegada de la década de los 90, y gracias a sus inexistentes dotes para la actuación, la carrera de Brigitte en el séptimo arte se vio relegada a papeles sin gran repercusión en películas que casi nadie recuerda hoy en día. En la actualidad las jóvenes generaciones la conocen más por su aparición en diversos reality show de televisión que por su paso –hace ya tanto- por la gran pantalla.
Pero amiguitos, ¿quien –y no hablo sólo de los que éramos adolescentes- no babeó en su día con ese pedazo de cuerpo serrano escandinavo? Pues por eso, aunque opine que desde el punto de vista del interés cinematográfico no tenga muchas razones para figurar aquí, como mito erótico quiero dedicarle un espacio.
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