martes, 22 de julio de 2008

Red de Bibliotecas del Estado


Hoy en día, la juventud no sabe escribir. Se pasan las horas enviándose mensajes con el teléfono móvil asesinando al idioma con la utilización de abreviaturas que, de levantarse Cervantes de la tumba, le daría un patatús. Y si eso pasa con la escritura, lo de la lectura ya clama al cielo. Lo único que leen nuestros retoños son las instrucciones de su nuevo reproductor de mp3. No hay nadie más enfadado con la manera de enseñar gramática que el actual plan de estudios les ha impuesto a nuestros hijos, y que lleva años demostrando que no sirve para nada, que yo amiguitos. A veces me pregunto si no era ese el objetivo, crear una masa de juventud descerebrada que no pudiese optar por acceder a puestos de trabajo que no fuesen los de cajera del DIA o repartidor del 20 Minutos -con todo el respeto para ambas ocupaciones-. Sin embargo, no estoy muy seguro de que la propuesta de la Red de Bibliotecas del Estado para que la sociedad se aficione a la lectura sea la más apropiada para resolver el problema. ¿No será que persiguen otro objetivo? ¿Qué nos están ocultando? ¿Quienes son estas mujeres y que quieren exactamente de nosotros?

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