Hace un tiempo os hablé de un mito antiguo muy arraigado en ciertas culturas; la Vagina Dentata ¿recordáis? Reconozco amiguitos que nunca antes de ese momento en el que decidí compartir mi descubrimiento con vosotros había oído hablar del tema. Por otra parte, conociendo la disposición que la mayoría de los hombres tenemos en que prueben nuestra piruleta, tampoco es que la visión de unos buenos dientes me quite el sueño ni me provoque pesadillas.
Ah piltrafillas, pero esto es otra cosa. Por casualidad, como casi siempre, descubrí una imagen que no sé si corresponde a algún mito universal –supongo que no-, pero que sí que da miedo. Se trata de la –llamémosla así- Vagina Cremaglieratta, un ejemplo de lo que debe ser el sueño dorado de todo masoquista. ¿Alguno de vosotros se ha pillado el prepucio con una cremallera? Yo sí, y –creedme- duele. Así que nada de pistas americanas o carreras por el desierto, no. Yo implantaría en los protocolos de entrenamiento de los U.S. Marines una velada con está damisela. Eso sí que debe ser una fábrica de perfectos soldados: aquel que es capaz de pasar la prueba del pellizco sin pestañear, es capaz incluso de desactivar minas con la boca. Seguro.
Ah piltrafillas, pero esto es otra cosa. Por casualidad, como casi siempre, descubrí una imagen que no sé si corresponde a algún mito universal –supongo que no-, pero que sí que da miedo. Se trata de la –llamémosla así- Vagina Cremaglieratta, un ejemplo de lo que debe ser el sueño dorado de todo masoquista. ¿Alguno de vosotros se ha pillado el prepucio con una cremallera? Yo sí, y –creedme- duele. Así que nada de pistas americanas o carreras por el desierto, no. Yo implantaría en los protocolos de entrenamiento de los U.S. Marines una velada con está damisela. Eso sí que debe ser una fábrica de perfectos soldados: aquel que es capaz de pasar la prueba del pellizco sin pestañear, es capaz incluso de desactivar minas con la boca. Seguro.
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