jueves, 24 de julio de 2008

Trabant


Este es el Trabant, uno de los iconos de la antigua Alemania Oriental. Exacto, un coche repelente en el aspecto del diseño, pero extremadamente popular. Y, por supuesto, ni uno solo de los adelantos que en el resto del mundo se aplicaban en el campo de la automoción fueron implementados en esos automóviles. Pero, ¿qué más daba amiguitos?, era ligero, rápido, compacto y tenía espacio suficiente para cuatro personas y sus respectivos equipajes.
Además, sólo había ese coche. Cuando un alemán hacía un pedido de un Trabant, tardaba tanto en recibirlo –varios años en ocasiones- que cuando finalmente lo conseguía se dedicaba en cuerpo y alma a cuidarlo. El resultado es que la esperanza media de vida de estos coches era de... ¡28 años!
Y otra paradoja era que los Trabant de segunda mano eran más caros que los nuevos, ya que estaban inmediatamente disponibles. Cosas del comunismo. El coche, que se comenzó a fabricar en 1957 y dejó de producirse en el 1991, era de diseño monocasco de acero, con los capó, el techo y las puertas de Duroplast, material plástico con base de resinas vegetales. Ah, y su motor de dos tiempos contaminaba que daba gusto. En total unos 3.000.000 de Trabant fueron puestos en circulación. Ahora son objetos de coleccionismo.

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