Ay piltrafillas, qué lejos quedan los singles en estos tiempos de los emepetreses. Algunos de vosotros –espero que pocos- no sabréis ni tan sólo lo que son, pero algunos de nosotros los considerábamos pequeñas joyas. Había de todo, claro. A mi –y creo que a la mayoría de los consumidores de vinilos- los que me gustaban eran esos que en una cara traían el tema del Lp que se quería priorizar, o sea, el potencial hit, y en la otra cara –la que llamaban la B- una canción que no aparecía en el álbum. Había ocasiones –incluso- en las que ese tema medio marginado era mucho mejor que el mimado hit de la cara A. Lo malo es que –muchas veces- las dos caras del single contenían canciones que ya aparecían en el Lp, y claro –a no ser que uno fuese muy fanático o no hubiese adquirido el álbum- no valía la pena gastarse el dinero en algo que, en comparación, salía más caro. Aún así, en mi colección de música pre-Mp3 destacan algunos singles, como los correspondientes a los lanzamientos en solitario de los dos miembros pensantes de KISS –Paul y Gene- en vinilo coloreado violeta y rojo respectivamente, que adjuntaban careta con el maquillaje de los dos músicos. También poseo los dedicados a los grandes éxitos de Sex Pistols –pack de seis que editó Virgin-, uno de The Firm que no me cansé de escuchar en su día..., en fin, retazos de nostalgia. Hoy en día no es ya lo mismo. O nos compramos CD singles, fríos, sin encanto alguno, del mismo tamaño, forma y apariencia que el CD completo.... o nos bajamos un emepetrés con uno de esos programas de filesharing para hacernos nuestro propio recopilatorio de hits. Cosas de la técnica y la modernidad.
martes, 22 de julio de 2008
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