Amiguitos, este es Jack Vettriano, un escocés que comenzó tarde en esto de la pintura. Siendo adolescente, pintaba copias de obras modernistas para pasar el rato. En 1988 se decidió finalmente a presentar en público sus acuarelas y llevó un par a la exposición anual de la Royal Scottish Academy. Se vendieron inmediatamente y las galerías comenzaron a pedirle más cuadros. A partir de entonces, la gloria y exposiciones en Gran Bretaña, Sudáfrica, Hong Kong, Nueva York...
Seguro que si alguna vez habéis entrado en uno de esos establecimientos de venta de marcos o litografías, entre las reproducciones de Warhol, Matisse o las fotografías de bebés de la empalagosa Anne Geddes os habréis topado con cantidad de obras de Vettriano. A modo de anécdota, os contaré que uno de los mayores coleccionistas de la obra –nada de reproducciones evidentemente- de este hombre es el conocidísimo actor Jack Nicholson. Y, sin ir más lejos piltrafillas, cuando decoraba mi casa estuve a punto de colgar en el comedor una reproducción –yo no soy Nicholson- de una acuarela de Vettriano que, como la mayoría de las que pinta, tenía cierto regusto a fotograma de película de serie negra de los 50. Finalmente me regalaron una enorme lámina de Moscardó y completé la discreta decoración de las paredes con un cartel que compré en Saint Andrews cuando visité Escocia, allá por el lejano 1998.
Seguro que si alguna vez habéis entrado en uno de esos establecimientos de venta de marcos o litografías, entre las reproducciones de Warhol, Matisse o las fotografías de bebés de la empalagosa Anne Geddes os habréis topado con cantidad de obras de Vettriano. A modo de anécdota, os contaré que uno de los mayores coleccionistas de la obra –nada de reproducciones evidentemente- de este hombre es el conocidísimo actor Jack Nicholson. Y, sin ir más lejos piltrafillas, cuando decoraba mi casa estuve a punto de colgar en el comedor una reproducción –yo no soy Nicholson- de una acuarela de Vettriano que, como la mayoría de las que pinta, tenía cierto regusto a fotograma de película de serie negra de los 50. Finalmente me regalaron una enorme lámina de Moscardó y completé la discreta decoración de las paredes con un cartel que compré en Saint Andrews cuando visité Escocia, allá por el lejano 1998.
No hay comentarios:
Publicar un comentario