sábado, 26 de julio de 2008

Dead or Alive



Amiguitos, esta es Dead or Alive, la primera de las películas de la trilogía de culto del director Takashi Miike. Debo deciros -para quien no la haya visto aún- que los primeros 8 minutos a ritmo de videoclip, en los que podemos ver sexo, violencia exacerbada, abuso de drogas -y de sopa de fideos chinos- no dan una idea correcta de lo que, a partir de ese instante, se ve en la película.
Es decir, tiene relación evidentemente, pero el ritmo endiablado del principio decrece hasta hacernos creer en algún momento que estamos viendo una película intimista, de aquellas que se centran en los sentimientos de los personajes. A grandes rasgos -porque es más compleja que lo que parece- estamos ante una historia de polis buenos luchando contra delincuentes malos, del bien contra el mal, la ética contra la corrupción...., en fin, todo eso. A mi me ha gustado. El tema me interesa y la factura del film es más que discreta. Pero, os aviso, es un poco lenta.
Por último -sin desvelaros nada- os diré que, si el principio es excitante y el desarrollo algo exasperante por la falta de acción, el final ya es digno de encomio. Yo creo que Miike se drogaba, porque de otra manera no se explica el último minuto de metraje. En fin, que prosigo con mi particular revisión de la cinematografía nipona contemporánea. Momentos a remarcar, el soplón hablando con el poli protagonista mientras inicia una sesión de fotos de zoofilia o el mafioso, ahogando a una pobre desdichada que ha sido violada por un montón de gángsters en una pequeña piscina hinchable llena de sus propias heces.

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