“¿Sabes lo que quieren los secretos?, los secretos quieren salir. Por eso es tan difícil guardarlos.”
Esta frase que aparece en la película me ha estado rondando la cabeza desde
que salí del cine determinado a poner por escrito mis impresiones sobre
Venom: Let there be Carnage. Y es que me va a ser muy complicado
guardar el secreto... que no es otro que expresar la completa decepción que
me ha supuesto la película. Protagonizada por
Woody Harrelson, Michelle Williams, Stephen Graham y un
Tom Hardy que no sólo escogió a
Andy Mi tesoooooro
Serkis como director sino que parió la
historia sobre la que
Kelly Marcel escribió un guión
de lo más estúpido, el argumento –que prometía mucho más a priori–
nos cuenta en resumen cómo antes de ser ajusticiado, el asesino Cletus
Kasady muerde a Eddie Brock y al tragar su sangre propicia que el simbionte
Carnage crezca dentro de él. Y entonces Cletus y Carnage llegarán a un
acuerdo, el segundo ayudará al asesino a liberar a su amada Grito de la
institución de alta seguridad de Ravencroft y el primero ayudará al
simbionte alienígena a acabar con Venom quien, por cierto, se ha enfadado
con Brock y le ha abandonado. No os penséis que flipo si os digo que estamos
ante una película de amor, el de Cletus hacia Frances pero también el de
Venom hacia Eddie.
Así es, un disparate como una catedral. Le sumáis unos personajes sin profundidad, una historia plana y la sensación al final de la película de que hemos asistido a la nada más absoluta y tendréis Venom: Let there be Carnage. Mención aparte merecen los cansinos diálogos entre Eddie Brock y Venom pretendidamente hilarantes pero que son como si viésemos darse la réplica a Lussón y Codeso o los Hermanos Calatrava. Aquí, los viejunos entenderéis perfectamente el nivel de caspa al que me refiero. Los millennials no sabréis de qué os hablo, pero no os preocupéis, eso que os ahorráis. En fin, que todo el despropósito sólo se arregla –y muy de refilón– en la escena postcréditos, aunque uno no sabe si se trata del aviso de un encuentro futuro muy ansiado o de un bluff de falsas esperanzas. En fin, que recuerdo cuando con mi hija esperaba cada nuevo estreno del MCU y ahora ni he visto Shang-Chi ni veré Eternals. Es más, tengo mis esperanzas puestas únicamente en las próximas de Spiderman, Captain Marvel y Thor. Total, que no hace falta que vayáis a ver esta entrega de Venom ni incluso –si las cosas no mejoran–la tercera parte que parece que existirá en un futuro.
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