Hoy os traigo a la italiana L’isola delle svedesi, una cinta dirigida por Silvio Amadio y protagonizada por la francesa Catherine Diamant, Eva Green –no, evidentemente nada que ver con la intérprete de Vesper Lynd o Vanessa Ives–, Nino Segurini y Wolfgang Hillinger. La película se inicia con Manuela huyendo de su novio Maurizio, con el que acaba de romper. En un momento dado detiene su coche sin saber si ir hacia Roma o hacia Florencia y acaba decidiéndose por ir a la costa. Allí coge un ferry y se planta en una isla en la que ya le espera su amiga Eleonora, algo que no tiene explicación alguna en una época en la que ni existían los teléfonos móviles. Eleonora está forrada –de hecho, también viene de una experiencia amorosa traumática al haber roto su matrimonio después de darse cuenta de que su marido se había casado con ella persiguiendo su posición social– y vive en su propia isla, la Isla de las suecas –que es la traducción del título original– aunque en realidad el rodaje tuvo lugar en el archipiélago de la Maddalena y Caprera, al norte de Cerdeña. Lo cierto es que al llegar, Manuela pregunta a su amiga por el nombre de la isla y esta le responde que se trata de una vieja historia, quedándose tan ancha. En realidad parece que el título de la película era lo que hoy se llamaría un clickbait, un cebo debido al estatus de las suecas como mito erótico de la época en las costas mediterráneas, como pudimos advertir tantísimas veces en nuestras películas de Alfredo Landa.
Total, que las dos amigas se dedican a tomar el sol, ir de compras y filmarse retozando desnudas en la playa. Poco a poco advertimos como la relación entre ambas se va haciendo cada vez más estrecha y profunda. Y es que, aunque al principio Eleonora –por cierto, una aficionada al estudio de las hormigas aunque ese dato no se integre ni para bien ni para mal en el argumento– intenta distraerse con su amigo Franco, en el fondo se ha enamorado perdidamente de su amiga. Por eso, cuando Maurizio aparece en escena dispuesto a arreglar su relación con Manuela, los celos de Eleonora harán que estalle la violencia. En fin, que esta L’isola delle svedesi es una película muy extraña. No es un giallo, porque no tenemos a un asesino anónimo precursor de los slasher, no hay sangre a borbotones y no hay una fotografía con colores saturados. Tampoco es del género poliziesco ya que aquí no se ve una labor policial detectivesca. No es cine erótico porque no hay escenas subidas de tono y apenas se ve un pecho desnudo muy de refilón. Y tampoco es cine de terror porque no hay muchos sustos que digamos, aunque no se puede negar que cierta tensión se respira en el ambiente a partir de la mitad de la película. No obstante, sin ser un prodigio de guión, sin encajar demasiado en ningún género y sin que las interpretaciones sean destacables –de hecho, fue la única incursión en el cine de esta Eva Green– tampoco me parece tan mala como dicen algunos. Total, una película singular para pasar el rato.
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