domingo, 17 de marzo de 2013

Masks


Y ha llegado el momento de confesaros que la entrada anterior no ha sido casual. Si os he hablado de Andreas Marschall este mediodía es porque este fin de semana he visto Masks, una cinta escrita, coproducida y dirigida por este ilustrador y realizador alemán que ha llegado a mis manos precedida por diversos premios conseguidos en varios certámenes dedicados al cine fantástico. La película nos cuenta como la joven Stella, una estudiante de teatro sin demasiado talento, es invitada a probar fortuna en una escuela basada en el método de su fundador, un excéntrico dramaturgo polaco llamado Matteusz Gdula que en los años 70 se suicidó tras ocurrir en la escuela algunos hechos controvertidos. En un ambiente enrarecido y extraño, Stella comenzará a investigar el pasado de la escuela y la creación del grupo de teatro radical de Gdula, actores que –en las palabras de sus miembros iniciales- no representan un papel, lo sienten realmente gracias a una energía a la que el fundador llamaba potencia orgiástica. 


Protagonizada por Susen Ermich –la típica alemana con ojos azules y largos cabellos rubios-, la acción transcurre en medio de un ambiente opresivo y enfermizo en el que secretos, desapariciones y muertes violentas tendrán lugar alrededor de un grupo de estudiantes en el que Stella no encaja. En el momento de mayor incertidumbre, la directora del centro le ofrece a la joven ser una de las escogidas, una de las alumnas que sigan el método Gdula original, un método que resultará doloroso –en el que se utilizan las drogas como vía para alcanzar el estado de introspección necesario- y para el que deberá separarse de sus compañeros y recluirse en un ala oculta de la escuela. Stella tiene miedo, pero sus ansias de averiguar qué está pasando entre los muros de la escuela y el porqué de la desaparición de su única amiga, la llevarán a aceptar la oferta. Amiguitos, Masks es un extraño experimento, un giallo alemán –curiosa mezcla- con poca sangre pero mucho sufrimiento, un giallo psicológico al que el montaje de Marschall, la fotografía de Sven Jakob y la música de Sebastian Levermann ayudan mucho creando una atmósfera enfermiza, oscura y estéticamente atractiva. Sin embargo, el argumento es demasiado enrevesado y pretendidamente profundo para los que disfrutamos más con la casquería que con la metafísica. Interesante como propuesta, sí... pero de difícil digestión. 

Bonus. Deciros finalmente que, además de la conexión de Marschall con el heavy metal, el último tema que suena durante los títulos de crédito es Winds of Vale –os acompaño el clip- a cargo de Orden Ogan, cuyo vocalista Seeb no es otro que Sebastian Levermann, compositor de la música que suena en Masks e integrante de dicha banda de folk metal.


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