Y nada mejor, después de haber vivido un Gran Premio del Japón de automovilismo en el que Fernando Alonso ha vuelto a cruzar en primer lugar la línea de meta, que comentaros algo sobre un mítico modelo de coche. Si os digo las palabras Gran Bretaña y automóvil, seguramente pensaréis en Jaguar, Rolls-Royce, Triumph, Bentley... pero muy pocos os acordaréis de Morris.
Sí piltrafillas, hoy os hablaré de este sencillo y económico pero completo súperventas de la misma marca y equipo de diseño que tiempo después sacaría al mercado el famoso –y hoy reinventado- Mini. Así es, aunque Alec Issigonis diseñó el Mini, fue conocido mucho antes por concebir el Morris Minor, un automóvil que pretendía aunar cierto lujo y características de los automóviles con potentes motores con un vehículo de precio asequible para las clases trabajadoras. Así, durante los años 50, el manejable Minor –en diversas versiones como la pick up, el descapotable, la furgoneta o la decorada con paneles laterales de madera- pudo compararse a sus coetáneos sin complejos. Quizás no sea tan conocido por el gran público, pero os aseguro que los coleccionistas de todo el mundo le tienen a este coche un gran aprecio.
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