sábado, 26 de julio de 2008

Sex & Fury




Toca ahora hablar sobre Sex & Fury (1973), una película protagonizada por Reiko Ike, toda una celebridad en Japón en el género de las películas pink violence, una mezcla de acción y erotismo que tuvo su paralelismo en Hollywood con lo que se dio en llamar sexploitation. Os advierto piltrafillas que he visionado la versión original en japonés, por lo que quizás lo que os cuente del film no se ajuste a la realidad de su guión en un 100%. Sea como sea, prefiero explicaros lo que yo he entendido antes de consultar una página de la que copiar la sinopsis. Eso no tendría mérito, ¿no creéis?


Por lo que me ha parecido comprender, comienza la película con el asesinato del padre de la protagonista ante los ojos inocentes de ésta. Ya en la actualidad -es decir, a finales del siglo XIX, que es cuando se desarrolla la acción- vemos a la protagonista, papel representado por Reiko Ike, convertida en una mangante de mucho cuidado. Y, por lo que parece, no solo es hábil como carterista. Estando en un baño, varios hombres intentan asesinarla -primera ración de violencia y erotismo- sin conseguirlo. Se los quita de encima de uno en uno gracias a su destreza con la katana, a cámara lenta, en una escena de la que Tarantino tomó prestados muchos elementos -jardín nevado incluido- para su Kill Bill.
A estas alturas del film ya se puede advertir que por la banda sonora, actitud interpretativa de los actores y profusión de piel femenina desnuda, la película no tiene nada que envidiar a las que en España rodaban Sacristán, Landa, López-Vázquez y Nadiuska en los años más productivos del subgénero "S".
En otra escena puede verse como un joven se cuela en una mansión en la que hay reunidos lo que parecen políticos u hombres de negocios e intenta asesinar al que parece el líder de estos. Más tarde vemos a Reiko jugando a las cartas con una occidental a la que llaman Cristina. En medio de la partida, un grupo de hombres al mando del joven antes mencionado, atacan el casino u hotel en el que ésta tiene lugar. La tal Cristina saca un revólver y dispara contra todos ellos, excepto contra el cabecilla, errando un tiro a propósito. Luego continúa la partida y podemos ver -en un flashback- que Cristina y el joven ya se conocían -en la acepción carnal- desde antes.

Finalizada la partida -estando el guión bastante liado para mi- se ve como violan a una joven que no tengo ni idea de quien es, pero que conoce a la protagonista -porque luego se lo cuenta entre sollozos- y, por otra parte, el que parece pareja de la tal Cristina -preso de un ataque de cuernos- la sodomiza como castigo por no haber disparado al joven que les había atacado.
Poco después vemos como Reiko es secuestrada por unas monjas -sí piltrafillas, unas siervas de Cristo- que parecen estar relacionadas con el líder de hombres poderosos que al principio de la película eran atacados. En una especie de iglesia de lo más kitsch que he visto, junto a monjas vestidas con el hábito negro, se encuentra Cristina vestida con una especie de traje de baño de dos piezas hecho de piel. Con un látigo, azota a Reiko hasta que ésta se desmaya de dolor.
Para abreviar, y porque el desconcierto que me asiste es tal que ya no sé de qué coño va la película, os diré que al final Cristina y su joven amante se reúnen pero son asesinados, y que Reiko escapa de sus captores para, en una orgía de sangre, llevar a cabo su venganza matando hasta al apuntador.
En la última escena podemos advertir como Reiko, malherida y ensangrentada, se aleja hacia la oscuridad. No sabemos si sobrevive o si perece, pero eso es lo bonito, dejar una puerta abierta a la esperanza. Lo triste de todo esto es que me estoy aficionando a estas muestras de pink violence, y veo como algunos films que hace semanas que intento conseguir por internet no acaban de llegarme. Me agobia pensar que quizás nunca consiga verlos.

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