The eyes of my mother

Mi siguiente recomendación del día, aunque por debajo de la anterior en preferencia, es la norteamericana The eyes of my mother, película escrita y dirigida por Nicolas Pesce, joven realizador que debuta con una mezcla de horror psicológico y poesía en blanco y negro. Protagonizada por la portuguesa Kika Magalhaes en el papel de una psicópata que lejos de generar rechazo le hace a uno sentir ternura, la historia se inicia en una casa aislada en un lugar indeterminado de los Estados Unidos en el que una antigua cirujana de origen luso enseña anatomía a su hija y le inculca no temer a la muerte. Así, la pequeña crece feliz y en armonía con la naturaleza hasta que una tarde cambia todo por culpa de la llegada de un desconocido. Con el único apoyo de un padre inexpresivo y poco comunicativo y con una mente ya traumatizada, Francisca hace la transición de niña a adulta en una especie de burbuja sin conexión con un mundo exterior por el que siente curiosidad pero con el que no sabe relacionarse. 

Y la verdad es que no os quiero contar demasiado para que la podáis ver dejándoos llevar por el devenir de acontecimientos a través de los que la psicópata protagonista transita, ansiosa por tener una vida normal y lo más parecida a sus momentos de infancia. Amiguitos, The eyes of my mother con una fantástica fotografía de Zach Zuperstein que acentúa los momentos degarradores de la historia –la escena de la bañera es de las que le hacen a uno un nudo en la garganta– es inquietante, cruda, triste, angustiosa, oscura y enfermiza, pero es sin duda una inteligente propuesta para incomodarnos sin recurrir a las visceras, la violencia, los gritos o los movimientos sincopados de cámara que acostumbran a caracterizar el género del terror moderno.