jueves, 20 de agosto de 2015

Vacances à Paris (dixième partie)


Piltrafillas, inicio el quinto día de mi estancia en París y –como podréis ver– comenzamos a bajar el ritmo de caminatas. La intención era dedicar la mañana a visitar el Museo del Louvre, por lo que tras dirigirnos al Pont Neuf y después de desayunar unos croissants con café au lait, entramos en el Palais del Louvre, sede de la realeza hasta finales del siglo XVII, cuando Louis XIV se marchó a Versailles abandonando el lugar. Aproveché los minutos de cola –ojo, para entrar; luego hay que volver a hacerla en el interior para comprar las entradas– para fotografiar la gran pirámide del Cour Napoléon y luego accedí al museo propiamente dicho. 
Amiguitos, se dice que si un visitante quisiera recorrer todos sus pasillos y salas y detenerse ante cada obra, necesitaría varios meses para hacerlo. Evidentemente, nosotros no disponíamos de tanto tiempo así que –dado que yo ya había visitado el museo en el pasado– dejé que mi esposa hiciese la selección de objetivos. Así pues, obviando un recorrido por los aposentos privados de Napoleon III que me negué a hacer y disfrutaron ella y mi hija, os ofrezco una serie de instantáneas entre las que destacan la restaurada Niké de Samotracia, la Afrodita de Milos y –por supuesto– la Gioconda de Leonardo Da Vinci que se expone tras un cristal antibalas y que siempre he dudado si no se trata de una reproducción, estando guardada la original en la caja fuerte del museo. 
Os diré que encontré más interesante inmortalizar la fiebre que genera esta obra entre los cazadores de imágenes –me niego a creer que todos son amantes de la pintura– que se agolpan aborregados en la asfixiante sala en la que se encuentra el cuadrito. La locura llega a tal punto que fui testigo de cómo un chaval que tendría unos diez años y me llegaba a la altura del estómago acabó separado de su familia entre la muchedumbre y el cordón de seguridad. El crío comenzó a llamar a su madre sollozando. Entoncés se escuchó una voz femenina en algún lugar indeterminado por detrás de mi diciéndo “¡Haz una foto, haz una foto!”. Sin comentarios.
 

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