Piltrafillas, pasada la Nochebuena, la Navidad y –en Catalunya- San Esteban, o sea, el pan con tomate, los ibéricos, los langostinos, los galets amb carn d’olla, la carne con salsa, los canalones, los barquillos, los mazapanes, turrones varios, los putos Ferrero Rocher, las pipas, los cacahuetes, las mandarinas, los cafés y los cortados, las copas de cava, de vino blanco, de vino negro, los cubatas, gintonics, vodkas y licores –todo en un par de días, y seguro que me dejo algo- no podía comenzar mis reseñas cinematográficas de otra forma que con una coproduccion franco-española de la mano de Jesús Franco. Sí amiguitos, hacía tiempo ya que el Tío Jess no se pasaba por aquí ¿verdad?, pues hoy toca hablar de otra de sus imperecederas obras: Le miroir obscène. Escrita y dirigida por el mismo realizador y protagonizada por Emma Cohen, los habituales Howard Vernon o Alice Arno así como la imprescindible Lina Romay –en la versión softcore francesa, en el papel de la hermana de la protagonista-, lo que la cinta nos cuenta es la historia de Annette –cantante y pianista en un night club- y un espejo embrujado. Tiempo atrás, la madre de la joven había fallecido al dar a luz a su hermana Marie y el padre de ambas había focalizado su amor en la pequeña provocando que Annette –enferma de celos- odiase durante años a su hermana pequeña. Sin embargo, con el tiempo se reconcilian y recuperan una relación fraternal que nunca debía haberse visto interrumpida. Un día llega a casa del profesor Whitman un joven noruego estudiante de arqueología que quiere escribir una tesis sobre los antiguos moradores de Madeira y meses más tarde, él y Annette se enamoran y programan su matrimonio.
domingo, 29 de diciembre de 2013
Lo specchio del piacere
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