domingo, 8 de diciembre de 2013

It


Vaya por delante que no soy un gran lector de las novelas de Stephen King. Mi relación con sus obras –exceptuando Desesperación, Un saco de huesos y El cazador de sueños- siempre ha sido a través del cine. Sin embargo, me faltaba esta, la que según mi mujer –una die hard fan del de Maine- es su mejor novela. Así que cuando he tenido oportunidad, me he decidido a disfrutarla. En realidad, esta It no es una película sino una TV movie en dos partes que la ABC estrenó a finales de noviembre de 1990, siendo la primera de ellas mucho más interesante –en mi opinión, King es un maestro en la descripción de las relaciones entre críos marginados reflejando muy bien conceptos como la lealtad y el compañerismo preadolescente, quizás porque él mismo fue un friki, un pardillo de esos que retrata tan bien- que la segunda, ya más focalizada en la época adulta de los protagonistas y en los preparativos de su última batalla contra el ente maligno que los atormenta, amenazando también las vidas de los habitantes de su localidad natal. Son 2 horas y 40 minutos en total que –al menos a mi- se me pasaron muy rápidas. Y es que las historias que explica este genio del terror y el misterio siempre le atrapan a uno con fuerza. 


En resumen, la historia que It nos cuenta –no desvelaré el final para aquellos que no la hayáis visto y ahora os vengan ganas de ello o de leer la novela- es la de los crímenes que se están produciendo en Derry, localidad de –cómo no- el estado de Maine. Solo Mike Hanlon, el bibliotecario, parece conocer la realidad de lo que está ocurriendo, una realidad que provoca que los integrantes del “club de los perdedores” se reúnan casi treinta años después de separarse para cumplir una promesa y destruir al ente maligno que se alimenta de los miedos más íntimos de sus víctimas y que en la mayoría de ocasiones se aparece en la forma del payaso Pennywise. A destacar las interpretaciones de los personajes infantiles y –sobre todo- el payaso, llevado a la pantalla magistralmente por un histriónico –el papel lo pedía- Tim Curry. Una historia genial y una adaptación bastante aceptable.

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