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Amiguitos, después del cortado y la copita de ron añejo colombiano, inauguro la sesión cinéfila de este fin de semana –que pretendo dedicar al continente asiático- con Meatball Machine, una película friki, gore y surrealista de esas que sólo nuestros adorados nipones pueden alumbrar. La historia –veréis como no exagero- cuenta con delirantes imágenes y efectos especiales irrisorios de garaje de aficionados, como unos parásitos extraterrestres –plagio infame de Alien- llegan a la Tierra y convierten en Necroborgs –engendros de carne y metal que luchan para comerse unos a otros- a aquellos a los que infectan. El protagonista, que acabará infectado pero no perderá su consciencia humana, intentará salvar a su amada, la infortunada Sachiko, que se ha convertido en una Necroborg sedienta de sangre.
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Taladros, tentáculos -¿a que no imagináis por donde se le meten a la pobre chica?-, sierras, enormes cuchillos y demás son los elementos que dotan a esta cinta –sólo para frikis amantes del gore cutre y desmesurado- de cráneos seccionados, miembros cercenados y vísceras sanguinolientas que harán pasar un rato distraído a aquellos a los que les gusten las películas "raritas". Sin embargo piltrafillas, no puedo recomendaros esto a menos que seáis unos verdaderos die hard fans del género.
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