No se puede negar amiguitos que el trabajo de Andrew Bawidamann está en deuda con las pin-ups de los años 40 y 50, más concretamente con los diseños que lucían los bombarderos de la USAF en sus morros. En la actualidad aquella tradición se ha perdido, pero Andrew tiene la clientela asegurada. Sus chicas acabarán en tatuajes, camisetas y láminas con las que sus muchos admiradores decorarán las paredes de sus hogares. Y entre ellos estoy yo mismo, que he decidido servirme de uno de sus diseños para dar color y alegría a este espacio tan lleno de arte y elegancia.
domingo, 17 de agosto de 2008
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