Y si antes os he hablado de la marca española Pegaso, es hora de reconocer el talento de Jean Bugatti. En 1929 el crack bursátil provocó la desaparición de muchas fortunas, lo que hizo disminuir –entre otras cosas- la venta de automóviles de lujo. Eso, para la marca creada por Ettore Bugatti, fue un duro golpe. Para evitar desaparecer, la firma diversificó el negocio llegando a producir locomotoras –propulsadas por el motor del Bugatti Royale- y diseñando un nuevo automóvil. El encargado de esto último fue el Jean, el hijo del dueño, y el resultado fue el Type 57 primero (1936) y el precioso –adjunto imagen- Bugatti T57 Atlantic después (1938).
En este coche, lo peculiar es la cresta que lo recorre longitudinalmente. Este vehículo montado en aluminio y con el interior realizado en madera noble está considerado como uno de los más bellos de la época y, debido a esa silueta original, de los característicos de la marca. Sólo se crearon 3 unidades, de las que hoy en día sobreviven dos.
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