Amiguitos, érase una vez un tal Jean Redele –el fundador de la firma Alpine- que tenía un taller en el que construía automóviles para la competición equipados con motores traseros fabricados por Renault y que un buen día ideó el Alpine A110. La primera versión de este coche -no me digáis que no es bonito y todo un clásico por supuesto- data de 1962 y se basaba en el R8. Sin embargo, firmado un acuerdo entre Renault, Alpine y el ingeniero Amadeo Gordini, la firma construyó varias versiones –basadas en otros tantos modelos de Renault como el R16 o el R17- hasta finales de la década de los años 70, tanto para ser utilizados en rallies como para uso de calle.
Al parecer la marca francesa trabaja en la actualidad en un concept car –el A210- que recupere la esencia y el espíritu de su antepasado. Pero no será lo mismo, ¿no creéis?
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