Los depredadores de la noche

Después de algún tiempo ausente, regreso esta tarde a mis acostumbradas reseñas cinematográficas y lo hago con una obra de uno de los realizadores habituales del blog, el madrileño Jesús Franco, Tío Jess para sus incondicionales. En esta ocasión os hablaré de Los depredadores de la noche –también conocida por su título internacional Faceless-, una más que aceptable cinta de terror ochentero que transcurre en París durante unas Navidades. La historia que cuenta es la del doctor Flamand, un cirujano plástico que junto a su enfermera –fantástica pareja formada por un aún apuesto Helmut Berger y la siempre sensual Brigitte Lahaie- secuestra a guapas modelos para realizar con ellas horrendos experimentos con el objetivo de hacer un trasplante de rostro a su hija, a la que una paciente despechada ha destrozado la cara con ácido. Sin embargo, las fechorías del doctor van a verse amenazadas por un poderoso hombre de negocios norteamericano ex-combatiente en Vietnam –interpretado por Telly Savalas, el eterno Kojak- que cuando se entera de que su hija ha desaparecido contrata los servicios de un investigador antiguo compañero de armas para que viaje a París y la recupere.

Piltrafillas, Los depredadores de la noche tiene unos efectos especiales de feria –los efectos de sonido de la pelea entre el investigador Sam Morgan y el amigo del diseñador son de lo peorcito que he oído en mi vida-, interpretaciones llenas de clichés –el ayudante deficiente psíquico, la enfermera enrollada con el médico, el diseñador homosexual...- y una vocación internacional que le resta a la obra ese típico erotismo casposo de Jesús Franco que tanto nos gusta y que en esta película sólo se muestra tímidamente en un par de ocasiones. Por cierto, aunque en esta ocasión –que yo haya visto- el realizador no tenga ni un papel ni una simple aparición hitchcockiana, quien sí aparece unos segundos –jugad a buscarla- es Lina Romay. En resumen, una típica cinta de terror europeo de factura más que aceptable, palomitera y recomendable.