El pasado fin de semana pasé unas horas en la montaña de Montserrat en el marco de la habitual reunión familiar para honrar la memoria de mi suegro, fallecido hace años. Pero desde el mes de marzo que no había cogido el coche un fin de semana para pasar un día con mi mujer paseando por alguna localidad alejada de Barcelona. Así que, como ayer el tiempo acompañaba –un día magnífico de ambiente frío pero con un cielo azul y soleado–, nos fuimos a pasar la mañana fuera de nuestra ciudad.
Así, desayunamos en Vic y dimos un corto paseo por su plaza y callejuelas aledañas –era día de mercado– antes de dirigirnos a Santa Pau, villa medieval ubicada en pleno parque natural de la zona volcánica de la Garrotxa, una pequeña localidad con encanto que creció a partir del siglo XII alrededor del castillo de los Señores Feudales de Santa Pau y donde aún existen casas que conservan dinteles con inscripciones de mediados del siglo XVIII.
Y después, rumbo a Banyoles –hacía años y años que no pasaba por allí–, donde comimos a orillas de su icónico lago, con sus patos y las características pesqueres, construcciones para guardar los utensilios de los pescadores. En fin, una buena manera de pasar un sábado diferente y desconectar del día a día.
3 comentarios:
Parece un sitio tranquilo, bonito y agradable. Tomo nota de la ruta. Saludos
Banyoles es bonito y agradable, aunque los alrededores del lago son un sitio muy turítico y siempre hay gente, sobre todo si el tiempo acompaña. Santa Pau es el típico pueblo con encanto. Uno ya ha visitado casi todos los que me caen relativamente cerca pero el otro día descubrí este al que no había ido en la vida y me pareció una buena opción para pasar un rato. Además tiene cerca el parque natural volcánico de la Garrotxa, Si te interesa, en el mismo pueblo hay la opción de alquilar apartamentos. Y ese si que parece tranquilo. Demasiado y todo para mi gusto. Saludos.
Magníficas fotos, reflejan muy bien el encanto paisajístico de la zona, también el "escondido", la Vespa, la camioneta, el retrato de la pareja en la pared. Demuestran un gran gusto por el detalle, el color, el encuadre.
Conozco Banyoles, hace mil años que no vuelvo por allí. Me apunto Santa Pau.
Saludos,
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