La reseña de hoy es para 4 mosche di velluto grigio, un enigmático título –al final de la película se explica su razón de ser– para este giallo escrito y dirigido por Dario Argento y protagonizado, entre otros, por los norteamericanos Michael Brandon y Mimsy Farmer –ella estaba entonces casada con un guionista italiano– junto a Jean-Pierre Marielle, Bud Spencer aka Carlo Pedersoli o Marisa Fabbri. El argumento nos cuenta cómo a Roberto Tobias, un músico de rock, le sigue un hombre misterioroso vestido de negro, con sombrero y gafas también negras. Harto ya, una noche al salir de ensayar le prepara una trampa y consigue enfrentarse a él en un teatro abandonado. Pero por accidente lo apuñala al defenderse. Entonces una figura enmascarada aparece entre las sombras y saca varias fotografias. La culpa abruma a Roberto, más aún cuando recibe por correo amenazas con las instantáneas del momento y una noche es atacado en casa por el enmascarado del teatro. Así que acaba confesando lo ocurrido a su esposa, Nina y luego pidiendo ayuda a un amigo suyo. Pero las cosas no son lo que parecen. De hecho, el hombre misterioso que seguía a Roberto no falleció y las pesquisas del detective contratado por Tobias le conducirán hasta un centro psiquiátrico donde está la clave de todo. Mientras tanto, diversas muertes tendrán lugar.
En fin, amiguitos, que esta 4 mosche di velluto grigio no está mal pero resulta un poco lenta –un poco bastante– y algo oscura en las escenas de asesinatos. Lo cierto es que no había oído hablar nunca de esta película de Argento y ahora veo el porqué, aunque tampoco os puedo negar que es entretenida y con una historia interesante. Como buen giallo tenemos a un asesino múltiple misterioso, un detective peculiar al frente de la investigación y un desenlace de lo más rebuscado pero he echado en falta algo más de sangre. Por cierto, la escena que acompaña a los títulos de crédito iniciales es muy original. En resumen, una peliculilla que no tiene muchos elementos para ser recordada pero que, de tener la oportunidad, tampoco corresponde dejar escapar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario