Playing with dolls (2015)

Piltrafillas, en el marco de mis reseñas cinematográficas y el repaso a la basura en el que desde hace unas semanas me encuentro embarcado, hoy os presento una película mala con alevosía que responde al título de Playing with dolls. Protagonizada por Natasha Blasik, Richard Tyson y Charlie Glackin a la cabeza de un elenco no mucho más extenso, está dirigida y coescrita por un tal Rene Perez. Y lo que nos cuenta este aburrido despropósito es cómo un tipo al que le gusta ver morir a jovencitas liberó a un asesino psicópata para que le hiciese el trabajo sucio. Así que a través de una empleada contacta con chicas económicamente necesitadas, les ofrece un puesto como guardesas de su propiedad –una estupenda cabaña en medio del bosque con cámaras tanto en el interior como en el exterior– y disfruta viendo a un tarado mezcla de Jason Voorhees y Leatherface cómo las asedia y asesina para decorar el bosque con sus miembros. La historia podía parecer a priori interesante para propiciar un slasher entretenido. Sin embargo, el resultado es de puta pena. 

Durante la mayor parte de la casi hora y media de película no pasa absolutamente nada. El sonido es un asco, las interpretaciones son patéticas, el desarrollo es lento, la tensión inexistente, no se nos cuentan las motivaciones o pasado del voyeur ni el origen del trauma del asesino y no hay escenas gore. Inexplicablemente llegaron a rodarse dos secuelas de esta bazofia. Y para arreglarlo, el realizador tuvo que disculparse cuando unos años más tarde reeditó el DVD con el título Leatherface: the legend lives on y le llovieron acusaciones de fraude comercial por todas partes. En definitiva, que esta Playing with dolls no merece que le dediquéis ni un minuto de vuestro preciado tiempo. Para eso ya estoy yo, que además de tener muy pocas luces, a veces sufro una necesidad de abotargamiento que me hace proclive a estos divertimentos. Más barato que las drogas me sale, eso sí.